martes, 15 de septiembre de 2015

Un mundo que gira alrededor de los hijos

No poder tener un bebé ha implicado estar mucho sola. No se si a todas les pasa, pero a mis 33 años no encajo en ningún lado. No me mal entiendan, tengo muchas amigas. El problema es que la mayoría ya tuvieron hijos y están en otra etapa de sus vidas.

Ellas ya no pueden ir a tomar café, porque en medio de nuestras tertulias algún bebé o niño le pasa algo y tiene que salir corriendo a sus casas (esto me ha pasado más de una vez). Con solo el hecho que extrañen a mamá, ya el café se terminó. Yo se que al convertirse en mamás todos toma un segundo plano, pero no deja de ser solitario cuando te dejan sola con tu café en el restaurante.

Pueden imaginarse que si ir a tomar café es casi imposible por los horarios de sus hijos. Ellas menos pueden ir a tomarse un vinito. ¿Quien quiere pasarse de copas si sabe que su despertador amoroso las levantará temprano en la mañana? 

Mi esposo esta de viaje y ayer me sentía tal sola que pasé una hora buscando un pequeño gatito que entró y salió de mi casa. Al final no lo encontré, pero si hallé mi noción de soledad. Me siento sola, como si esa parte del queque que me hace falta no me deja ser completamente feliz.

No se si esto me va a pasar siempre, por no haber tenido hijos. Primero serán los bebés, luego la escuela y colegio y después los nietos. Ellas siempre pertenecerán a un club al que no he sido invitada y no entiendo. Ellas tomaron un camino y no encuentro la dirección para alcanzarlas. 

Son mis amigas de toda la vida y no las quiero cambiar porque no he podido tener un bebé, pero no se como encajar en un mundo que gira alrededor de los hijos.