domingo, 1 de marzo de 2015

Mi príncipe azul

Es difícil tratar de poner en palabras lo que siento por mi esposo. Tenemos siete años de estar juntos y han sido perfectos. Son perfectos en sus imperfecciones y soy muy feliz. 

Estos dos años de lucha para tener a nuestro bebé me han enseñado mucho de él. Lo he visto destrozado cuando perdimos el primer embarazo, lo he visto fuerte al enfrentar sus peores miedos (las agujas y le han puesto muchas), lo he visto paciente al aguantar los altibajos de su esposa (cuando lloro me abraza y limpia mis lágrimas, cuando me enojo me escucha y cuando sonrió me observa), lo he visto amoroso cuando más lo he necesitado (se despierta en medio de la noche tocando mi cara a ver sí estoy llorando), he visto su fe que no se quiebra y me obliga a seguir luchando y lo he visto atento siempre viendo que yo este bien.

Mi príncipe azul no me salvo de una madrastra mala y luego me llevo a su castillo. Mi príncipe azul me acompaña día a día luchando en contra de este conjuro que no nos deja ser padres. Este hombre al que llamo esposo ha logrado que cada día lo ame más. Que cada día quiera ser una mejor persona por él, por nosotros. Doy gracias a Dios por tenerlo a mi lado.

Mi esposito es mi roca, mis fuerzas para enfrentar lo que venga. Todo en esta vida tiene una razón de porque pasa y nuestra infertilidad me ha enseñado el extraordinario hombre que está a mi lado. Un incansable luchador que me guía con amor hacia nuestro sueño. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario