jueves, 15 de enero de 2015

Se busca bebé

Busco bebé y necesito ojos y oídos que me acompañen en este proceso. Ha sido un camino largo y no se cuanto más debo caminar,  gatear o correr para poder tener a mi bebé en mis brazos. Pero lo que puedo decirles es que nací luchadora y lo seguiré siendo hasta poderle cantar una canción de cuna a ese angelito.
Se busca bebé,  estas palabras las empecé a usar hace más de dos años y con cada día que pasa han dejado de ser un sueño para convertirse en una pesadilla. Cuando uno se sube a la montaña rusa de la infertilidad todo cambia: tu relación con las personas (incluyendo tu esposo, familia y amigos), tu relación con Dios y la religión, tu visión de lo que es justo y lo que te mereces, la forma que vives tu vida día a día y tus prioridades en general. En estos dos años nos han pinzado tantas veces que he perdido la cuenta, tengo un folder lleno de exámenes explicando todo lo que no nos ha dejado tener un bebé y la razón por la cual perdí  el bebé hace dos años.
 Por el momento he intentado quedar embarazada utilizado estos medios: pruebas de ovulación (mucho estrés), olvidarme de todo (como si pudiera olvidarme de tener un bebé, pero por lo menos traté), relajarme (esto si lo logré con psicólogo y manteniéndome ocupada), mucho sexo (no tengo nada de quedarme de este paso) y dos inseminaciones artificiales. No sé quién invento las hormonas inyectables (primer paso para realizarse la inseminación artificial) pero deberían de inyectárselas una semana entera en las nalgas a ver si le parecen humanas. Los efectos secundarios son muy parecidos a la menopausia (según me han dicho): calores terribles, cambios de humor  y un sueño pavoroso. Pero esto no es nada comparado con los efectos segundarios de la progesterona que uno debe tomar. Son muy crueles ya que sus efectos son parecidos a los que uno tiene cuando está embarazada. Esto quiere decir que uno pasa quince días incubando y cuidando un sueño que no se dio.

A finales de este mes (Enero 2015) nos haremos la tercera inseminación. Esto me aterra porque nuestro doctor dice que es la última (ya que las posibilidades de quedar embarazada en la cuarta son menores que en la tercera) y después tenemos que hacer invitro. Estoy a una semana de empezar el proceso de hormonas otra vez y puedo decir que lo efectos secundarios no me preocupan, lo que me inquieta es mi corazón. Él se ha quebrado tantas veces que no quiero llegar al momento que no puedo armarlo de nuevo.   

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